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DE RONNIE COLEMAN Y GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Ronnie Coleman ––para muchos el mejor culturista de todos los tiempos–– estuvo muy cerca de decir basta. Basta al esfuerzo inútil. Basta a la decepción constante de ser noveno, décimo, undécimo en competiciones concebidas para otros. Basta al abrazo solidario con campeones que se habían cansado de ganar, y que seguían haciéndolo contra pronóstico. Las inercias eran antagónicas. Y Ronnie vivía encadenado a su particular deja vu. Cada entrenamiento, cada viaje a lugares recónditos, cada segundo malgastado en gimnasios carcelarios, enfrentándose al hecho antipoético de partirse en dos, hicieron que se preguntase por qué. Y él siempre lo tuvo claro: «Esta mierda me gusta demasiado».

Sus palabras me recuerdan un viejo artículo de Gabriel García Márquez, publicado en 1966, y que llevaba por título Desventuras de un escritor de libros. En su cierre, García Márquez se preguntaba por qué escribimos los escritores y decía: «La respuesta, por fuerza, es tanto más melodramática cuanto más sincera. Se es escritor simplemente como se es judío o se es negro. El éxito es alentador, el favor de los lectores es estimulante, pero estas son ganancias suplementarias, porque un buen escritor seguirá escribiendo de todas maneras aun con los zapatos rotos, y aunque sus libros no se vendan. Es una especie de deformación que explica muy bien la barbaridad social de que tantos hombres y mujeres se hayan suicidado de hambre, por hacer algo que, al fin y al cabo, y hablando completamente en serio, no sirve para nada».

Por eso pienso que la inutilidad es un concepto subjetivo (demasiado subjetivo, demasiado malogrado, demasiado mercantilizado), pero no así el impulso inconsciente por la creación, ya sea de la gran novela americana o del gran cuerpo americano; ya sea partido en dos, como Ronnie Colleman, o suicidado felizmente de hambre.

1 Comment

  • Una solipsista Posted 10 junio, 2019 4:13 pm

    Y si uno le da vueltas y vueltas, pensará quién de los dos tiene razón: quizá Gabriel García Márquez que siguió escribiendo tal vez porque era escritor; o quizá Ronnie que continuará exhibiendo su cuerpo al que ha dedicado demasiado tiempo, tal vez porque es lo que eligió y no se atreva a decir adiós definitivamente.

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