EL PESO COLECTIVO DE VIVIR EN LA TIERRA
Para quienes lo observaban a lomos de rocinante (escueto y digno como un caballero; andante, como los nómadas que buscan la realidad insondable del mundo) Don Quijote era una rara avis. Nada en él estaba exento de locura. Ni siquiera para Sancho...